15/6/10

Política estudiantil

Para reflexionar durante la vacaciones/tiempo hasta los próximo exámenes y, mientras esperamos la respuesta del Ministerio, nos gustaría ofrecer el artículo que en su día nos recomendó Josetxu subir en el blog. Ahora que son momentos de recapacitar por todo lo peleado y conseguido tal vez su lectura nos aporte nuevas ideas.

Las palabras de Fernández Buey son un buen resumen de lo que está ocurriendo en la Facultad y es un sentimiento ampliamente compartido por los estudiantes.


TRIBUNA: FRANCISCO FERNÁNDEZ BUEY

Los estudiantes en la escena pública

Los universitarios no están al margen de lo que ocurre. Hacen política pero de manera distinta a la que se realiza a través de los partidos. Quieren una democracia de verdad y desearían participar en un ágora limpia

FRANCISCO FERNÁNDEZ BUEY 12/11/2009

Desde hace ya muchos años se viene diciendo que los estudiantes universitarios pasan de la política o la desprecian. Pero ¿realmente es así? Los estudios sociológicos que se han hecho en España y en otros países parecen confirmar esa impresión. Y lo que se escucha al respecto en las universidades parece ir en la misma dirección. La mayoría de los profesores universitarios que tienen contacto directo con los estudiantes fuera de las aulas estaría de acuerdo en que es así. Y algunos de estos profesores lo han dicho en las últimas décadas, unas veces describiendo sin más lo que ven y lo que oyen en las universidades, y otras, con cierta preocupación por lo que consideran desafección de los jóvenes respecto de las instituciones democráticas. También yo he tenido experiencias en estos últimos años que van por el mismo camino. No hace mucho, al anunciar un curso sobre ética y filosofía política, varios estudiantes vinieron a preguntarme de qué iba a tratar en realidad, y ya antes de que empezara a describir el temario, me adelantaron: "Porque si va a tratar usted de ética nos matriculamos, pero si va a hablar de política no nos interesa". Más claro, agua.


Y, sin embargo, quedarse en esta primera impresión o seguir repitiendo sin más precisiones el tópico de la despolitización de los estudiantes resultaría trivial. Deberíamos empezar por preguntarnos de qué estudiantes estamos hablando y de qué hablan los estudiantes cuando dicen que no quieren ni oír hablar de política. Pues, a poco que se investigue sobre la cosa, enseguida se da cuenta uno de que muchas personas de edad, dignidad y gobierno, que se quejan amargamente de la despolitización de los estudiantes universitarios, luego escriben aún más críticamente cuando los estudiantes salen a la calle protestando contra los planes económicos de los que mandan en el mundo, contra el Plan Bolonia o, por la acera de enfrente, contra la ampliación de los supuestos en la interrupción del embarazo o contra las medidas de control de las actividades de los jóvenes propugnadas por tales o cuales ayuntamientos.


Como es evidente que también estas manifestaciones son expresión de actitudes políticas y que en ellas participan muchos estudiantes, no será ocioso preguntarse si cuando decimos que los estudiantes universitarios están despolitizados, o que desprecian la política, no estaremos queriendo decir que no hacen nuestra política, o sea, la política que al patriarca que se queja le gustaría que hicieran. Teniendo en cuenta que la queja de los mayores, profesores o no, sobre la despolitización de los estudiantes está tan extendida como la crítica a las acciones politizadas de minorías estudiantiles que no nos gustan y a las que a veces se llama radicales o antisistema, la segunda pregunta que conviene hacerse es si esto que ocurre ahora es en verdad una novedad.